Compartimos con ustedes una reflexión sobre los Residuos que nos parece importante en estos momentos electorales, ya que no debería ser un tema menor en las Agendas Políticas locales y nacionales, como tampoco debería ser un tema de segundo orden en las agendas de la acción ambietnal.
El tratamiento de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) siegue siendo una de las problemáticas más importante de la ciudades, varios indicadores lo ponen en este lugar de relevancia, el abultado presupuesto que se le destina, que estos producen alrededor del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el gran volumen que se genera, el pasivo ambiental que produce, la problemática que desata en la higiene pública, etc, etc, tec.
Para pensar a fondo en una transición justa, es fundamental hacerse cargo de la problemática de los RSU, y dentro de estos los RSU reciclables deberían ser uno de los ejes centrales.
El dispositivo de entierro está aceitado y tiene un grado de consenso en términos políticos y sociales, pero el dispositivo más importante y que genera beneficios ambientales es el que no se entierra, el 50% de los residuos se podría recuperar y para este dispositivo en el mejor de los casos se destina porcentajes bajos del presupuesto.
El Reciclado es más que el sentido común, alimenta con materia prima a una basta cantidad de industria, fomenta un importante cantidad de trabajo directo e indirecto, genera enormes beneficios ambientales, ecosistémicos.
El reciclaje da “trabajo verde”, ya que permite que se formalicen tareas de los recuperadores urbanos, que además de estos recolectores también permiten que se realicen trabajos asociados, que van desde la restauración urbana, pasando por lo textil, revalorizado distintos oficios como carpintería, electricidad, albañilería, soldador, etc.
El reciclado permite que miles y miles de toneladas de las distintas materias primas como celulosa, plásticos, maderas, metales, elementos electrónicos vuelvan a la industria sin tener que seguir sobreexplotando los distintos ecosistemas.
Que en estas elecciones no se hable de los residuos en su complejidad habla de la pobreza general de una campaña donde lo “POLÍTICO” se pierde en estrategias banales que se alejan de problemáticas que hay que resolver aunque no sean de orden de la urgencia que se plantean como la inflación, la seguridad, el retraso de los salarios etc.
Es primordial que, en momentos de debate político, las decisiones que hacen al desarrollo no se vacíen de contenido ambiental. Debemos construir una agenda ambiental que permita un sistema de producción, consumo y disposición final tengan un marco objetivo que interpele a las problemática reales que se viven todos los días.
En nuestro país esto implica dar respuesta a las demandas de grandes sectores de la sociedad, en la que la pobreza alcanza a cerca de un 40%, y atender a las causas estructurales con desigualdad persistente no se puede llevar adelante ignorando o negando un desarrollo sostenible en el tiempo y en el marco del respeto al ecosistema que le da la posibilidad de ser.
La construcción de esta agenda, como todos los temas que hacen al ambiente, demanda una mirada que trascienda claramente el corto plazo, con objetivos y metas claras para responder a las necesidades de una sociedad agobiada por la crisis.